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¿Salud sexual?

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 12 abr 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 8 jun 2020

Cómo la religión y la (no) educación afectan a nuestra sexualidad


Carla Tresserras


El sexo es sin duda, una de las necesidades más ancestrales de nuestra humanidad, e incluso de los seres vivos. Aún así, a medida que vamos creciendo nos damos cuenta que este hecho tan natural desaparece entre pudores y tabúes. Suena incluso irónico que lo que nos permite reproducirnos nos haga sentir tanta vergüenza. La sexualidad de una persona no es educada sino descubierta, y lo que puede llegar a ser lo más positivo de uno mismo, se puede convertir en algo incluso negativo. En pleno siglo XXI aún podemos decir que la sexualidad está en crisis, y la religión y la (no) educación son los principales culpables.



Actualmente, hay muchas sociedades que enfocan la sexualidad de manera muy diferente. Todas las religiones tienen ya estipulada su conducta y moral sexual, qué es lo que está bien y lo que está mal. A rasgos generales, todas las religiones enfocan la sexualidad con un simple fin reproductivo, olvidando todo lo que conlleva: seguridad en uno mismo, autoconocimiento y placer. Tengamos creencias religiosas o no, lo que está estipulado sobre nosotros desde pequeños influencia en cómo nos relacionamos sexualmente. Ante esto, las mujeres son las principales afectadas. Según la kinesióloga especialista en sexualidad, Odette Freundlich, las mujeres pueden entrar en un “gran conflicto de lo moral con lo espiritual a la hora de iniciar su vida sexual”, además de provocar sentimientos de culpabilidad.

La educación no tiene en cuenta esta asignatura, y se intenta salvar con un par de talleres sobre métodos anticonceptivos al año, y algún vídeo sobre qué son las ETS. ¿Pero la sexualidad es simplemente esto? No. La sexualidad es sin duda una de las asignaturas pendientes en el sistema educativo español. Tal y como aclara la sexóloga y presidenta de la Federación Española de Sociedades de Sexología, Francisca Molero, no sólo debe hablarse de prevención de infecciones sexuales o embarazos no deseados, sino también de “placer, de deseos, de derechos y de respeto, de conocimiento del cuerpo, de salud y de ciencia, de sentimientos y de emociones”. De romper mitos y creencias erróneas”


La sexualidad continúa siendo una asignatura pendiente en las escuelas | Goop.com

Y es que tal y como señala la OMS, la salud sexual va mucho más allá. Se entiende por salud sexual “el estado de bienestar físico, mental y social en relación con la sexualidad”. También requiere un enfoque positivo y respetuoso de las relaciones sexuales, así como tener “experiencias placenteras y seguras, libres de coacción, discriminación y violencia”.

La salud sexual se traduce en placer, respeto, seguridad, y sobre todo, confianza. Y no hay mejor manera de tratarla desde una buena información y educación al respecto.



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