El modelo español de donación y trasplante, un éxito a nivel mundial
- Redacción
- 19 abr 2020
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 22 may 2020
Alex Campos, Mariona Tijeras y Rafa Nofuentes
La donación de órganos es una necesidad constante al ser fundamental para el tratamiento de ciertas patologías, llegando a significar una segunda oportunidad para muchas vidas. Y España cuenta con un sistema cuyo modelo de trasplantes supone una referencia para el resto de países.
España es líder mundial en donación y trasplante por vigésimo octavo año consecutivo después de volver a superar su propio récord en 2019 con un total de 2.301 donantes y 5.449 trasplantes, según los datos presentados por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Un éxito que es resultado tanto de la solidaridad de la sociedad como del plan del sistema sanitario.
El número de donantes ha crecido un 2,7% respecto al año anterior y cerca de un 40% más que en los pasados seis años, registrando una tasa de 48,9 donantes por cada millón de habitantes. Aun así, hay una gran cantidad de pacientes en lista de espera, concretamente 4.889 personas.
El objetivo, previsto en el ‘Plan Estratégico 50x22’, es alcanzar los 50 donantes por millón de personas y los 5.500 trasplantes en 2022. Y el sistema español ha estado a punto de conseguirlo con dos años de antelación. Este plan fue puesto en marcha por la ONT y las Coordinaciones Autonómicas de Trasplantes a finales del año 2017 para mejorar cuantitativa y cualitativamente la actividad del país, por lo que incluye medidas destinadas a facilitar la colaboración entre las unidades de cuidados intensivos y el resto de servicios hospitalarios, especialmente los servicios de urgencias; fomentar la donación en asistolia y su transformación en una donación multiorgánica; potenciar la donación renal de vivo y pediátrica, y promover la donación de órganos en el sector privado, bajo la supervisión del sector público para que todos los ciudadanos que lo deseen puedan ser donantes de órganos independientemente del sistema de salud que escojan.
PREDOMINIO MUNDIAL
Los ciudadanos españoles son los que más posibilidades en el mundo de acceder a un trasplante. El incremento de donantes durante los últimos años ha acrecentado la diferencia entre España y los países de la Unión Europea, donde apenas ha crecido el número de trasplantes.
De acuerdo con los datos del Registro Mundial de Trasplantes, España ya se situaba a la cabeza en este ámbito en todo el mundo con 114,7 órganos trasplantados por millón de población en el año 2018, por encima de Estados Unidos y de la media de la Unión Europea, con 114,4 y 67,1 respectivamente. Un liderazgo que representaba el 19,8% de las donaciones europeas y el 6% de la registradas a nivel mundial.
La Unión Europea registró un total de 11.325 donaciones, que permitieron que se realizaran 34.221 trasplantes. Tras España, los países europeos con un mayor número de órganos trasplantados por cada millón de habitantes fueron: Bélgica (91), Austria (90,7), Francia (89,2), Croacia (84), República Checa (83,4), Portugal (80,5), Reino Unido (80,1), Suecia (77,1) y Holanda (74,2). Varios países que se encuentran liderando el ránking, como Francia, Croacia o Portugal, han implantado en parte o en su totalidad el modelo español de trasplantes.
España ha realizado por primera vez un triple trasplante de corazón, hígado y riñón. Anteriormente, se habían llevado a cabo trasplantes dobles de hígado y riñón en pacientes pediátricos, pero nunca en uno ya trasplantado de corazón. Como es el caso de Iria, una niña de 10 años con una mutación genética que provoca que los tejidos se alteren por esclerosis y los órganos dejen de funcionar. Ahora, los órganos trasplantados están libres de enfermedad y las proyecciones para ella son las mismas que para cualquier otro trasplantado. Además del triple trasplante de Iria, en 2019 se realizaron 3.423 trasplantes renales, 1.227 hepáticos, 419 de pulmón, 300 cardíacos, 76 de páncreas y 4 de intestino.
A diferencia de otros países, España tiene experiencia en el trasplante de órganos de donantes de edad avanzada, dado que lo más habitual es que el donante supere los 60 años. El aumento de la esperanza de vida ha cambiado el perfil del donante a lo largo de los últimos años, implicando que no todos los órganos sean válidos para ser trasplantados. En España, más de la mitad de los donantes superan los 60 años, el 32% los 70 y un 8,5% los 80, y la edad máxima de un donante efectivo se sitúa en 91 años.
LA LEGISLACIÓN EN ESPAÑA
España aprobó la primera ley sobre donaciones de órganos en 1979, donde se fijaban las condiciones para la cesión y la obtención de órganos.
Con el paso de los años, la ley se ha ido modificando hasta la que está en vigor, el Real Decreto 1723/2012, de 28 de diciembre, publicado en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
La presente ley tiene el objeto de “regular las actividades relacionadas con la obtención y la utilización clínica de órganos humanos y establecer requisitos relacionados con la calidad y la seguridad de los mismos, con el fin de garantizar un alto nivel de protección de salud humana y reducir en lo posible la pérdida de los órganos disponibles”, por lo que se aplica cuando se vayan a destinar a fines terapéuticos, asegura la ley. De esta manera, el Real Decreto expone que el donante no contará con ningún tipo de compensación económica y será confidencial siguiendo la protección de datos personales.
El texto define el donante potencial; “debe ser mayor de edad, gozar de plenas facultades mentales y de un estado de salud adecuado” y lo diferencia del donante fallecido: “persona difunta de la que se pretende obtener órganos para su ulterior trasplante y que, de acuerdo con los requisitos establecidos en este real decreto no hubiera dejado constancia expresa de su oposición”.
REQUISITOS PARA SER DONANTE
Para poder llevar a cabo la obtención de órganos, los requisitos de ambos casos quedan expuestos en la misma Ley.
Para ser donante en vida:
- Debe tratarse de un órgano, o parte de él, cuya obtención sea compatible con la vida y cuya función pueda ser compensada por el organismo del donante de forma adecuada y suficientemente segura.
- El donante será informado de consecuencias y riesgos y posteriormente tendrá que mostrar su consentimiento de forma libre, voluntaria y desinteresada.
- En ningún caso la donación será destinada a la investigación.
- El donante deberá mostrar su conformidad “ante el Juzgado de Primera Instancia de la localidad donde ha de realizarse la extracción o el trasplante” y firmar un documento.
- Entre la firma y la intervención deberán transcurrir un mínimo de 24 horas.
- La extracción deberá realizarse en los centros sanitarios autorizados.
- Una vez finalizada la intervención el donante recibirá asistencia sanitaria para su restablecimiento.
Para ser donante después de fallecer:
- El fallecido no haya expresado su oposición.
- El personal médico autorizado deberá investigar “si el donante hizo patente su voluntad a algunos de sus familiares, o a los profesionales que le han atendido en el centro sanitario”.
- Se deberá certificar la muerte por parada cardiorrespiratoria o por fallecimiento encefálico. En el caso de parada cardiorrespiratoria, el certificado también tendrá que intervenir un médico diferente al que participará en la extracción. Mientras que en el segundo caso hasta 3 médicos ajenos a la intervención deberán participar en el certificado.
- En los sucesos de muerte accidental o cuándo exista una investigación judicial, será necesaria la autorización del juez, que contará con el apoyo del médico forense.
- La extracción deberá realizarse en los centros hospitalarios autorizados.
PROCESO DE DONACIÓN DE ÓRGANOS
Teniendo en cuenta que la donación de órganos se puede realizar después de fallecer o en vivo, el proceso de donación es similar pero presenta algunas diferencias entre ambos.
- Donación de órganos después de fallecer:
Cuando se confirma la muerte cerebral y se toma nota de la hora del fallecimiento la donación se considera una posibilidad. A partir de este momento, el proceso de extracción y trasplante de los órganos se convierten en un cursa a contra reloj, ya que se pueden mantener el tiempo justo. El corazón y el pulmón tan solo se conservan hasta un máximo de 6 horas, el hígado y el páncreas hasta 12 horas y los riñones 24, aunque en frío pueden llegar a las 36 horas. Además, la donación también requiere una importante coordinación por parte de los médicos y profesionales que se encargan de verificar la posibilidad de los órganos a ser trasplantados.
Tras el fallecimiento, se llevan a cabo dos procesos, según la Administración de Recursos y Servicios de Salud (HRSA). Por un lado, el hospital informa a la Organ Procurement Organization (OPO) sobre el paciente que ha fallecido con el fin de corroborar si está inscrito como donante en su registro estatal. Las OPO han de estar certificadas por los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid y según la legislación federal, todas las OPO deben ser miembros de la Red de Procuración y Trasplante de Órganos (OPTN, siglas en inglés). Asimismo, todas las OPO son miembros de la Association of Organ Procurement Organizations (AOPO).
Si el donante se encuentra inscrito en el registro estatal, se da el visto bueno y el consentimiento legal para llevar a cabo la donación. En los casos en que los individuos no están inscritos y no hay ningún otro permiso legal se les pide autorización a los familiares más cercanos. Tras este paso, se procede a realizar una evaluación médica con la història clínica y la historia social de la familia.
Llegados a este punto, si tras la valoración se da el visto bueno para la donación, la OPO lo comunica a la Red de Procuración y Trasplante de Órganos (OPTN), encargados de controlar la base de datos nacional de todos los pacientes que forman parte de la Unión Europea que están a la espera de un trasplante. Con la lista de pacientes que coinciden en cuanto a órganos con el donante, estes se le ofrecen al equipo de trasplantes del paciente que tenga la mayor compatibilidad. Però aún así, el cirujano de trasplantes antes debe verificar si el órgano es apto para el paciente. En términos generales, los órganos se donan a aquellos que lo necesitan y que se encuentran dentro de la misma zona.
Los órganos del fallecido se mantienen artificialmente a partir de máquinas que conservan la sangre oxigenada que circula a los órganos
Por otro lado, al mismo tiempo que se están buscando los pacientes compatibles, los órganos del fallecido se mantienen artificialmente a partir de máquinas que conservan la sangre oxigenada que circula a los órganos. En este momento, el equipo médico que ha tratado al paciente antes de fallecer es substituido por el equipo quirúrgico para el trasplante, ya que ambos grupos y sus respectivas tareas son distintas. En la sala de operaciones y en primer lugar, el personal quirúrgico primero extrae los órganos y en segundo lugar los tejidos complementarios que han sido autorizados, como la piel, los huesos y las córneas.
Como después de la extracción los órganos se conservan en buen estado durante un periodo de tiempo limitado, rápidamente, el representante de la OPO que se encuentra en el hospital organiza su traslado a los hospitales de los posibles beneficiarios. Tanto el responsable de la OPO, cómo el equipo médico del hospital se encargan de tener cura y mantener los órganos de la manera más cuidadosa posible. En cuanto al cuerpo del fallecido, todas las incisiones hechas se cierran quirúrgicamente de tal manera que se dañe lo menos posible su imagen y no perjudique en los funerales de ataúd abierto.
Tan pronto como el órgano llega al hospital en el qual se encuentra el beneficiario, se lleva a cabo el trasplante mediante una operación quirúrgica, que en diversas ocasiones puede llegar a durar entre 3 y 6 horas dependiendo de las características de los órganos y tejidos.
Cuando se trata de un trasplante pulmonar, cardíaco o hepático, prèvimante, al paciente se le extrae el órgano enfermo. Rápidamente se le sustituye por el nuevo órgano sano que se le transplanta. En los casos de trasplante de riñón y páncreas no se extrae el órgano enfermo o que no funciona, sino que el órgano sano se coloca en la cavidad abdominal al lado del órgano nativo. En ambos casos, para que el organismo humano disminuya la producción de anticuerpos, que se producen como sistema de defensa ante organismos extraños, se usan las medicinas inmunosupresoras. Estas impiden el rechazo del nuevo órgano trasplantado en el individuo beneficiario, es decir, se encargan de que el organismo reduzca la producción de anticuerpos para que no lo ataquen.
- Donación de órganos en vivo:
A lo largo de estos últimos años, la donación de órganos de donantes vivos ha aumentado debido a la insuficiencia de órganos disponibles de donantes fallecidos y el aumento de pacientes que requieren un trasplante. Es por eso que la donación en vivo es otra opción de trasplante y la más rápida para aquellos que necesitan el trasplante de un órgano, ya que no deben restar a la espera de que este proceda de un donante fallecido. Además, las donaciones en vivo son menos complicadas que las de fallecidos y por lo general presentan una supervivencia mayor del órgano del donante.
Al igual que el proceso de extracción en las donaciones después de fallecer, el donante vivo se somete a una operación quirúrgica en la cual se le retira el órgano y se implanta en el cuerpo del paciente al que no le funciona adecuadamente. Cuando se trata de un riñón, el más común en vivos, se le extrae uno de ellos al donante y el restante puede continuar realizando las funciones. En el caso del hígado cuando se dona una parte, este se regenera, vuelve a adquirir el tamaño original y ejerce su función habitual, según el Nationat Institute of Health (NIH).
En España, en ambos tipos de donación y trasplante, regulados por la Ley de Trasplantes, se intenta avalar el altruismo de la donación, para asegurarse de que la solidaridad sea la intención principal de aquellos que donan y reciben trasplantes, y a su vez de garantizar la equidad en el acceso al trasplante para que todos los individuos tengan las mismas posibilidades y derechos a recibirlo.
¡HAZTE DONANTE!
En la actualidad cada vez más personas necesitan un trasplante para seguir viviendo o mejorar su calidad de vida. Una de las salidas es ser donante y animar a nuestros conocidos a que también lo sean. Cuantos más donantes existan, mayor será el número de vidas que podrá salvarse.
Si decides aportar tu grano de arena puedes hacerte un carnet de donante, que no compromete y se puede eliminar en cualquier momento, si por la razón que sea, hay un cambio de opinión.
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